El nombre de Sarah Bernhardt viene asociado a una de las mejores actrices de todos los tiempos, pero muy pocos conocen otra de sus facetas, la de escultora.
Sarah Bernhardt (Henrriette Rosine Bernard) nació en París el 23 de Octubre de 1844. De madre cortesana de lujo y padre desconocido, quedó desde muy pequeña a cargo de un ama de cría que se ocupó de ella hasta que a la edad de siete años su madre decidió que ingresara en un internado femenino. En su época estudiantil participó en obras teatrales y empezó a destacar como actriz. Pese a que su madre pretendía que siguiera sus pasos como cortesana, Sarah se negó a ello e inició su andadura como actriz a los quince años, hasta conseguir sus primeros éxitos en el 1867.
La Sarah Bernhardt escultora.
Pero no es de su faceta como actriz la que nos ocupa en este momento, de sobra es sabido que sus interpretaciones como “La dama de las camelias” de Alejandro Dumas, o su papel en “Ruy Blas” en la tragedia de Victor Hugo fueron sublimes, lo que vamos a ver aquí es la otra vertiente de su carácter creativo, la Sarah Bernhardt escultora.
Su profesión y carácter temperamental la llevaron a rodearse de muy diversas personalidades de la época, el ilustrador Gustave Doré, la pintora Louise Abbéma o el mismo Alphonse Mucha que la inmortalizó en algunos de sus carteles para sus obras. Probablemente sintió la necesidad de canalizar su creatividad en diversas artes además de cómo actriz, y se dedicó a la escritura, pintura y escultura, algo que no mucha gente conoce.
No obstante su pasión por la escultura parece que fue mas intensa. Su profesor fue Mathieu-Meusnier, cuya especialidad era la ejecución de obras monumentales y de carácter sentimental. Pronto aprendió las técnicas y expuso en certámenes y galerías, sus obras alcanzaron notoriedad y se vendía a precios elevados.
La prensa de su época la atacó por llevar a cabo una actividad inapropiada para una actriz, y el mismo Rodin las tildó de anticuadas. Pero eso no fue un impedimento para que Sarah Bernhardt siguiera con su cometido de seguir realizando obras, bustos, grupos escultóricos y bajos relieves , en mármol y en bronce fueron sus producciones. El mismo Emile Zola la defendió pidiendo que la dejaran en paz y que pudiese manifestar su gran talento.
Algunas de sus obras.
Una de sus esculturas en bronce conocidas es un autorretrato suyo, en forma de tintero y que seguramente se inspiró en su actuación “La esfinge” (1874), una obra misteriosa y fantástica.
En 1876 Sarah Bernhardt recibió la medalla de plata en el Salón de Paris, por el grupo escultórico “Después de la tempestad”. La obra describe a una mujer bretona sosteniendo el cuerpo sin vida de su hijo, atrapado entre las redes de pescador.
Una obra muy naturalista y de gran calidad que recuerda “La piedad” de Miguel Angel. Actualmente se encuentra en el National Museum of Women in he Arts en Washington DC. La propia Sarah Bernhardt firmó la autorización para que se pudieran efectuar diversas reproducciones en miniatura.
Otra obra de la artista es un pequeño busto en mármol, homenaje a su esposo fallecido por ingerir exceso de drogas, el actor Jacques Damala. Bernhardt nos muestra a Damala como durmiendo en su cama, aunque la sábana que lo cubre puede ser interpretada como la mortaja y las flores cortadas se marchitan sobre una losa de mármol a modo de lápida.
Una de las obras más bellas y celebradas de la artista, es sin duda “La Muerte de Ophelia”, un bajo relieve en mármol que fue subastado y vendido en Sotheby’s en el 2017 por un precio muy elevado. Una vez más realizaba una obra inspirada en una obra teatral, el famoso personaje de Ofelia de “Hamlet” de William Shakespeare. Viendo esta obra nadie duda de su gran talento como escultora, una obra equilibrada, sensual y de una gran calidad en su ejecución.
Existen documentadas unas 50 obras de Sarah Bernhardt, aunque en la actualidad únicamente se tiene constancia de la existencia de 25 de ellas, diseminadas entre colecciones particulares y museos.
La vida de Sarah Bernhardt fue intensa y ante todo al margen de convencionalismos y estereotipos. Una mujer libre, con carácter y habituada a seguir su instintos sin importarle lo que de ella se pudiera decir. Una mujer llena de talento y creatividad, talento que supo expresar de muy diversas formas y que por fortuna de todos ha llegado hasta nuestros días y podemos aún disfrutar de su legado contemplando estas magnificas esculturas.
Raquel dice
Muchas gracias por la información. Me ha descubierto una gran mujer con una fuerza arrebatadora que no se conformaba con ser una más… Gracias
Lourdes Fané dice
Gracias Raquel,
Me alegro de que hayas descubierto a una mujer tan especial.
Un placer tenerte por el blog y recibir tus comentarios.
Saludos
Margarita Blanco dice
¡Qué revelación! me pregunto porqué no se difundirá mas su obra como gran escultora?
Mil gracias por el artículo! Quisiera conocer mas sobre su faceta como escultora y pintora…!
Lourdes Fané dice
Hola Margarita,
Celebro que te haya gustado mi entrada en el blog y que te haya incitado a conocer más sobre esta artista tan polifacetica que fue la Bernhardt.
Te invito a que sigas mi blog y que te sumes a más comentarios, me encanta recibirlos!!
Un saludo.