
“Apolo y Dafne” (1622) Gian Lorenzo Bernini
La Galleria Borghese, es sin duda uno de los tesoros más especiales que se pueden encontrar en la ciudad de Roma, y muchas personas aún no la conocen.
Cuando uno decide visitar la Ciudad Eterna, la lista de monumentos, museos y lugares a visitar es infinita. Sin embargo, hay un museo que no está excesivamente frecuentado y para mí es uno de los que más me han impactado y sorprendido, la Galleria Borghese.
Cuando lo visité por primera vez, ya hace muchos años, nunca imaginé que dentro podría encontrarme con la gran cantidad de tesoros artísticos que alberga. Es de aquellos museos a los que regresas porque nunca te cansas de contemplar las maravillas que contiene, es como un cofre repleto de joyas, sin estridencias ni grandilocuencias. Ni siquiera es un museo de grandes salas, tiene la justa medida de aquellos que al terminar desearías volver a empezar, sin aglomeraciones que te atosiguen, lo cual te permite deleitarte contemplando sus obras de arte.

GALLERIA BORGHESE, Roma
História de la Galleria Borghese
En los inicios del Siglo XVII, la Galería se había convertido en un espacio de contemplación de las obras de arte por excelencia, era la pieza especial en los palacios y villas de recreo. Solía situarse frente a los jardines y era una autentica manifestación del poder de la nobleza, el lugar donde se recibía las visitas y se las llevaba a pasear y contemplar los tesoros que albergaba el palacio.
En el Siglo XVII Roma también vivió la creación de Palacios que albergaron galerias con grandes colecciones de arte que los nobles mostraban. Así surgieron el Palazzo Pamphili, el Palazzo Colonna o la Galleria Borghese

Galleria Borghese (interior)
El Cardenal Scipione Caffarelli Borghese (1577-1633) fue el iniciador de la gran colección que albergaba el Palacio. Sobrino del entonces Papa Paulo V, se dedicó a lo largo de su vida a coleccionar obras de arte de gran valor, algunas fueron adquiridas y otras gracias a su posición pasaron a sus manos con maneras menos lícitas.
Obras de Rafael, Tiziano o Caravaggio formaban parte de sus adquisiciones. Su interés era básicamente por obras de la Antigüedad Clasica y del Renacimiento, desestimando el arte medieval. Pero su amor por el arte le llevó también a ser mecenas de grandes artistas como Gian Lorenzo Bernini, al que le encargaba obras para que formasen parte de su colección.

“Busto del Cardenal Scipione Borghese” 1632. Gian Lorenzo Bernini
El Cardenal Scipione fue el precursor de la gran colección de arte que sería seguida, a través de tres siglos, por diversos miembros de la familia Borghese hasta nuestros días.
Tras años de coleccionar obras, el Cardenal finalmente decidió iniciar la construcción del “Casino Borghese” (1612-14) con el fin de alojar su colección. Un edificio que con el paso de los años pasaría por diversas fases de remodelación para ir encajando la colección, hasta que finalmente en el 1902 la familia Borghese entró en bancarrota y vendió la colección al Estado y el edificio al Ayuntamiento de Roma.
Los Tesoros de la Galleria
El Cardenal Scipione fue un hombre culto, refinado y de gusto exquisito, con una gran sensibilidad para el arte y para reconocer a los grandes artistas. Uno de sus artistas protegidos, y del que fue descubridor, fue Gian Lorenzo Bernini (Napoles 1598-1680).

“Apolo y Dafne”, 1622-1625. Gian Lorenzo Bernini
El gran escultor realizó para el Cardenal diversas obras, la mayoría en sus primeros años como artista. Probablemente son las piezas más aclamadas de la Galleria Borghese. Obras que evidencian la gran calidad y virtuosismo de este gran artista, uno de los mejores escultores de la historia.
Obras como Eneas, Anquises y Ascanio (1618-1619), el Rapto de Proserpina (1621-1622), David (1623-1624) y el espectacular conjunto de Apolo y Dafne (1622-1625). Todas ellas pueden ser contempladas en las salas de la Galleria, y admirarlas resulta una de las experiencias más increíbles que uno puede tener frente a una obra de arte.

“El rapto de Proserpina”, 1621-1622.Gian Lorenzo Bernini
La Galleria Borghese es actualmente también un referente en cuanto al pintor Michelangelo Merisi da Caravaggio (Milán 1578-1610). El Cardenal admiraba la obra de este artista y le compraba obras para su colección. Una de las primeras piezas que adquirió fue “El Baco enfermo”(1593) , una obra que ya mostraba el temperamento del joven artista, y que se puede admirar en la Galleria Borghese.

“El Baco enfermo”, 1593, Michelangelo Merisi da Caravaggio
En el 1805, el príncipe Camilo Borghese, descendiente del Cardenal, y esposo de Paulina Bonaparte (hermana menor de Napoleón) encargó a Antonio Canova otra de las obras que serían un referente en la Galleria. Una estatua de su mujer Paulina representada como la Diosa Venus, semidesnuda y recostada en un diván de estilo imperio. Toda la obra ejecutada en un mismo bloque de mármol de Carrara.

“Paulina Bonaparte”, 1805. Antonio Canova
Sin embargo, el príncipe Camilo, a diferencia del Cardenal que atesoraba y acrecentaba su colección, vendió a Napoleón Bonaparte 400 obras antiguas de la Galleria, básicamente esculturas, que fueron a parar al Museo del Louvre y que hoy en día constituyen el fondo Borghese del Museo.
En la Galleria también pueden admirarse obras de época romana y también piezas de artistas no italianos como la famosa Piedad de Rubens.
En definitiva, una suma de obras calidad extrema que uno no puede dejar de ver si se desplaza a Roma. Auténticas obras maestras en un entorno pensado para que sean contempladas en toda su extensión y ángulos, paseándose a su alrededor extasiándose con su belleza.
Si quieres información detallada sobre visitas a la Galleria Borghese, ves a este enlace.
Si decides ir, espero que te entusiasme y nos comentes tu experiencia.
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