
“El Nacimiento de Venus” (detalle) Sandro Botticelli 1483-1485
Cuantas veces nos hemos parado a contemplar la belleza en el rostro de la Venus de Sandro Botticelli y sus rasgos nos han cautivado, por su armonía, dulzura y perfección, ha sido desde siempre icono de belleza. Pero quién se escondía tras ese rostro etéreo? Quién fue la supuesta musa de Botticelli?
Simoneta Cattaneo nació en Génova en el año 1453 en el seno de una familia noble. A la temprana edad de 16 años conoció al que sería su esposo y poco tiempo después celebrarían un matrimonio concertado , tal y como correspondía en aquella época. El novio, Marco Vespucci, era un muchacho perteneciente también a una noble familia, y resultó tener contactos en Florencia con los poderosos Médici, convirtiéndose así en un buen partido para la hija del matrimonio Cattaneo.

“Retrato de una joven” (detalle)Sandro Botticelli 1480 (supuestamente Simonetta Vespucci)
De este modo fue como la bella joven, convertida ya en Simonetta Vespucci, penetró de la mano de su esposo en los exquisitos círculos florentinos de los Medici. Su belleza y porte impactó de tal forma, que incluso Lorenzo de Medici, que gobernaba Florencia en aquel momento, se atrevió a hablar de ella en estos términos:
“Su cutis era extremadamente claro, pero no pálido; rosado, pero no rojo. Su porte era serio, sin ser severo; dulce y placentero, sin asomo de coquetería o vulgaridad. Sus ojos vivos, no manifestaban arrogancia ni soberbia. Su cuerpo era finamente proporcionado, y entre las demás mujeres aparecía de superior dignidad. Paseando, bailando o en cualquier otro ejercicio, se movía con elegancia y propiedad. Sólo hablaba cuando era conveniente y dando opinión tan acertada, que no se podía añadir o quitar a lo que iba diciendo. Su comprensión era superior a la que pide su sexo, pero sin aparentar darse cuenta de ello y sin caer en el error, tan común entre las mujeres, que cuando sobrepasan el nivel se hacen insoportables”.

“Venus y Marte” Sandro Botticelli (1483)
Con semejantes atributos, no es de extrañar que los más célebres pintores del momento quisieran plasmar en sus obras el rostro de la “bella Simonetta”, así pues convertida en el ideal de belleza de la Florencia del Quattrocento, pintores como Piero di Cosimo, Ghirlandaio y el mismo Sandro Botticelli la tomaron como fuente de inspiración.
Algunos historiadores han coincidido en conjeturar que Botticelli se enamoró en silencio de la joven dama, a la que tomó como modelo para muchas de sus obras recreando su rostro con autentica devoción a lo largo de toda su vida. Jamás pudo competir con otros nobles que se rindieron a sus pies como el hermano pequeño de los Medicis, Giuliano de Médici, del cuál se dice también que se enamoró perdidamente de la joven “Venus” de Botticelli, aunque no se ha podido jamás confirmar que fueran amantes.

“La Virgen de la granada” (detalle) Sandro Botticelli , 1487
En cualquier caso la bella Simonetta encarnó el ideal de belleza femenina a partir de ese momento en todo el Renacimiento, y de la mano de Sandro Botticelli ha pasado a través de los siglos hasta nuestros días.
Por desgracia la vida de la “Diosa” fue corta. La noche del 26 de abril de 1476 a la edad de 23 años, murió la joven Musa tras haber contraído una tuberculosis que acabó con su vida.
La leyenda dice que Botticelli no pudo superarlo y pasó el resto de su vida obsesionado con ella, hasta tal punto que pidió que a su muerte fuese enterrado a los pies de Simoneta . En el año 1510 , siguiendo sus deseos, sus restos fueron enterrados en la Iglesia de Ognissanti muy cerca de ella.
Lo cierto es que Simonetta existió, y que la Corte de los Medici en pleno sucumbió a su encanto y que a buen seguro se convirtió en un modelo de belleza que se expandió en el Renacimiento. Lo que no está tan claro es que hubiese sido ella la autentica modelo que posara para Botticelli, ya que algunos historiadores afirman que muchas de sus obras fueron atribuidas al “taller” del Maestro, lo que viene a suponer que más bien su rostro pasó a ser un ideal de los cánones de belleza para los artistas de la época.
Sea como sea, el mismo rostro se va repitiendo a lo largo de muchas de las obras de Botticelli y aunque no sea muy riguroso, yo prefiero acomodarme en la leyenda y pensar que fue ella la mujer que inspiró al celebre maestro.
Una magnífica obra que resalta la belleza incomparable de Simonetta Cattaneo, la musa que inspiró al célebre Sandro Botticelli en muchas de sus creaciones. Tras conocerse, ella se convirtió en su modelo predilecta, apareciendo en numerosas pinturas. Estas obras, presentadas en el sitio web http://www.manifiestodearte.com, son un testimonio de la profunda conexión entre Simonetta y Botticelli, tal como lo muestra la publicación que realiza este sitio.
Agradezco profundamente a Manifiesto de Arte por este valioso aporte al conocimiento del arte pictórico. A pesar de no ser una publicación exhaustiva, se distingue por su extraordinaria calidad y detalle, siendo digna de conformar una colección completa no solo sobre esta joven de singular belleza, sino también sobre la pintura del siglo XV.
Asimismo, agradezco la precisión de la publicación al aclarar que Simonetta, la musa de Botticelli, no era Vespucio, sino Cattaneo. Espero con interés recibir más publicaciones de esta calidad, por lo que reitero mis agradecimientos.
Con afectuoso y sincero saludo,
Juan Cristián Poblete
Viña del Mar, Chile
Gracias Juan !! tu comentario me hace feliz, celebro que os guste lo que escribo. La verdad es que no puedo extenderme excesivamente con las entradas en el blog, Google lo penaliza, e intento ser breve y concisa.
Te invito a que te suscribas al blog y así mantenerte al corriente de lo que voy publicando.
Gracias de nuevo por pasarte por aquí.
Un saludo
Lourdes