Te has preguntado alguna vez cómo es la visión de un miope? Pues al parecer para Philip Barlow resulta algo muy interesante, porque sus pinturas se ven a través de la mirada de un miope y francamente son bellísimas.
Para seguir con esta entrada quizá deberíamos entender primero lo que es la miopía.
Al margen de cuestiones técnicas en las que obviamente no entraré, para un miope los objetos lejanos parecen borrosos, y con información incompleta, no hay detalle en todo aquello que le rodea, las formas y las siluetas aparecen difuminadas y recibe mucha menos información que una persona que no sufre miopía. Es una afección ocular que sufre una gran cantidad de personas en el mundo, tan solo en Corea del Sur, el 96,5 % de los jóvenes de 19 años la sufre.
Ante estas cifras, es lógico pensar que un artista como Philip Barlow (Sudáfrica 1968) haya podido interesarse en plasmar de forma personal, escenas cotidianas totalmente distorsionadas para describir el mundo tal y como lo ven estas personas.
En sus obras la luz es uno de los elementos fundamentales, una luz que se refleja en los objetos y principalmente en las figuras que aparecen en sus cuadros, unos sujetos que no se pueden identificar, que nos aparecen desdibujados y donde la luz es la protagonista. En relación a ello Barlow nos explica:
«Bañados en la luminosidad, es mi esperanza que se conviertan aún más hermosos. Para mí, la luz es el tema fundamental porque encarna el pináculo de toda la realidad».
Sus obras son como vistas a través de un objetivo desenfocado, o simplemente como lo definiría un miope, “borroso”.
El resultado son unos cuadros muy bellos, con escenas cotidianas, de formas vagas y siluetas indefinidas.
Barlow nos enfrenta a una forma diferente de ver la realidad distorsionada. Nos hace que pensemos en los problemas a que se enfrentan las personas con esa disfunción, que viven permanentemente ligadas a sus gafas, aunque probablemente muchos de ellos no puedan siquiera, ni permitirse tener unas.
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